viernes. 26.04.2024

Lagrimeo, picor, escozor y estornudos que te dejan completamente extenuado. Estas son las señales inequívocas para los alérgicos de que ha llegado la primavera.

Las alergias son cada vez más prevalentes en España y según vaticina la Organización Mundial de la Salud, este tipo de patologías se incrementará, afectando a una de cada dos personas en futuras décadas. De hecho, la alergia primaveral ha pasado de ser un hecho estacional a multiestacional, ya que, además de estar muy presente en primavera, aparece también durante el invierno y verano. Aunque también depende de la zona geográfica, ya que en la zona norte del país, por ejemplo, las gramíneas florecen en los meses de mayo y junio en cambio, en la zona central y sur de España también aparecen otro tipo de alergias en otros meses como enero y febrero al polen de cipreses, plataneros y el olivo, entre otras.

¿Cómo afecta a nuestros ojos?

Además de las molestias respiratorias como la congestión nasal, los estornudos, la tos y el picor en la nariz y la garganta, la alergia estacional también trae consigo molestos síntomas oculares como el picor y enrojecimiento, hinchazón de los párpados, lagrimeo y fotofobia.

Estas molestias se deben a la inflamación de la conjuntiva, la membrana mucosa que cubre el ojo y el interior de los párpados. Cuando la persona alérgica entra en contacto con el polen el sistema inmunitario reacciona de manera inapropiada, como si fuera un invasor. Para protegerse de esa amenaza, el organismo produce anticuerpos contra el alérgeno que hacen que se liberen ciertas sustancias químicas, entre ellas, la histamina, que son las que desencadenan los síntomas característicos de la alergia.

Además del polen primaveral, también pueden producir conjuntivitis alérgica los ácaros del polvo y la caspa de los animales domésticos, así como algunos productos de belleza.

¿Qué podemos hacer?

Los ópticos-optometristas aconsejan extremar la protección de los ojos por las alergias de la primavera y para ello ofrecen los siguientes consejos:

•Procura no salir a pasear por el campo o por parques, donde suele haber una mayor concentración de polen.

•Cuando viajes en coche, mantén subidas las ventanillas.

•Utiliza gafas de sol para protegerte del polvo y del resto de partículas en suspensión.

•Evita exponerte a ambientes con polvo, a animales domésticos o a agentes irritantes que agraven los síntomas (humo, cloro de las piscinas, etcétera).

•En casa, evita la acumulación de polen cerrando las ventanas y manteniendo las superficies limpias con una bayeta húmeda.

•Utiliza humidificadores y aparatos de aire acondicionado.

•Extrema tu higiene diaria. Al regresar a casa, dúchate y cámbiate de ropa, pues el polen se puede depositar en el pelo y las prendas.

•Lávate las manos a menudo.

•Evita frotarte los ojos.

No te auto mediques

Todas las alergias oculares deben ser evaluadas por el profesional sanitario y se debe iniciar el tratamiento según las recomendaciones específicas para cada paciente. Es muy importante que no recurras a tus conocimientos sanitarios, ya que puedes generar complicaciones graves en tus ojos como: queratitis, conjuntivitis infecciosa, queratótomo e, incluso, glaucoma.

Alergia y lentes de contacto

Los usuarios de lentes de contacto deben seguir cuidadosamente las recomendaciones de su óptico-optometrista para minimizar los riesgos y seguir disfrutando de la mejor visión. Entre los consejos más importantes destinados a estos pacientes se encuentran:

Retirar las lentes de contacto cuando los ojos estén muy irritados.

Alternar el uso de lentes de contacto con las gafas.

No usar las lentes de contacto durante más tiempo del recomendable.

Elegir la modalidad de lentes desechables diarias.

No tocarse o frotar los párpados con las manos.

Evitar el uso de maquillaje en la zona ocular y, por supuesto, no compartirlo.

Limpiar cuidadosamente las lentes de contacto cada vez que los ojos están enrojecidos o llorosos.

Lavarse las manos con agua y jabón, y secarlas con una toalla que no suelte pelusas.

Tener en cuenta que los antihistamínicos orales pueden incrementar la sequedad de la superficie ocular, contribuyendo a la incomodidad. Para evitarlo es recomendable consultar al óptico-optometrista acerca de la aplicación de gotas oculares.

|Equipo Tu visión Óptica

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