sábado. 20.04.2024

OBJETIVO 50,“¡Desocupados, al tren!”

 

Desde 2007, la ciudadanía española empezó a darse cuenta de que el Estado de Bienestar español tenía los pies de barro. En efecto, desde que empezaron a estallar –en cadena– la burbuja inmobiliaria, la financiera, la política, la territorial, la educativa, etc., y la crisis sistémica mostró sus colmillos amenazadores, la vida de los españoles no ha hecho más que empeorar, fruto o a consecuencia del devastador paro galopante y sin freno.

Objetivo50 es una asociación, sin ánimo de lucro e independiente de cualquier partido político, que trata de promocionar y reactivar profesionalmente a aquellas personas, mayores de 45 años, que han desempeñado cargos directivos, ejecutivos o técnicos y que se encuentran desocupadas.La EPA de septiembre de 2012 lo ratifica: record en la tasa de paro, que se acerca peligrosamente a los 6 millones (más del 25% de la población activa); la ocupación ha bajado a niveles de 2003; las familias en las que todos sus miembros están en paro son ya 1,73 millones; España es, junto a Grecia, el país de la eurozona con más paro; el desempleo se ceba, sobre todo en los jóvenes (52,1%) y en los mayores de 45 años, alcanzando el 37,8% (casi 2 millones de personas). Esta es la realidad y no los cantos de sirena de los miembros y “miembras” del Gobierno que, estos últimos días, han empezado a pavonearse en los medios, debido a ciertos frágiles e inseguros “brotes verdes”, que solo ellos ven.

Ante este drama social, familiar y personal, son cada vez más numerosos los desocupados de más de 45 que ven, en el empleo por cuenta propia, la única alternativa para salir del paro: entre 2011 y 2012, se ha producido un alza del 3,6% en el número de autónomos de estas edades. Por otro lado, ante la falta de funcionalidad del INEM, del SOC (el INEM catalán) y de las empresas privadas de colocación, para que los desocupados de más de 45 años puedan retomar el tren del empleo, un grupo de “seniors” catalanes, de diferentes categorías y sectores profesionales, que rondan los 50 años, crearon la asociación Objetivo50.

Esta asociación inició su andadura en abril de 2012, en Barcelona, siguiendo el modelo de las asociaciones homólogas europeas: Objectif50, en Francia; y Obiettivo50, en Italia. Desde entonces, se ha implantado también en otras ciudades de España (Gerona, Madrid y Valladolid). Como lo indica su nombre de pila, Objetivo50 es una asociación, sin ánimo de lucro e independiente de cualquier partido político, que trata de promocionar y reactivar profesionalmente a aquellas personas, mayores de 45 años, que han desempeñado cargos directivos, ejecutivos o técnicos y que se encuentran desocupadas. Los promotores de la asociación son desempleados “seniors”, que se han unido para tomar las riendas de su situación de desempleo y para promocionarse en el mundo laboral, tanto ellos como todos aquellos que se encuentran fuera del mercado de trabajo.

En efecto, con Objetivo50, sus promotores pretenden, por un lado, apoyar y ayudar a todos aquellos que, como ellos, tienen una madurez y una valía personal, pero que se encuentran excluidos del mercado laboral (entre otros motivos, por la edad), mercado que necesita precisamente lo que ellos pueden darle: experiencia, talento, competencia y compromiso. Por otro lado, Objetivo50 pretende ser un puente entre sus asociados y las Pymes, para satisfacer las necesidades de estas últimas con candidatos de mucha experiencia, de mucha disponibilidad y de una indudable y contrastada valía profesional.

Para alcanzar esto, el apoyo y la colaboración de todos los miembros asociados (son ya más un centenar) son los mejores instrumentos con que cuenta esta joven asociación de ente madura para conseguir el objetivo deseado y perseguido: hacer que los mayores de 45 años retomen el tren del empleo. Por eso, en su seno, se han constituido varios grupos de trabajo (Pymes, Recursos Humanos, Técnicas de Información y Comunicación, Relaciones Internacionales e Institucionales, Marketing y Formación), en los que han sido invitados a participar activamente todos los asociados. Además, Objetivo50 se ha dotado de un cordón umbilical multidireccional (www.objetivo50.org), para poner y mantener en contacto a la asociación con sus asociados y con las pequeñas y medianas empresas. Gracias a esta web y a una dirección de correo electrónico ([email protected]), Objetivo50 recoge y aglutina la oferta competencial de sus asociados y la demanda y las necesidades de las Pymes.

En momentos como este —de vacas flacas, de crisis, de paro desbocado y galopante—, toda iniciativa que coadyuve a dar esperanza, a abrir puertas, a tender puentes, a proponer soluciones,… es bienvenida y merece todo tipo de parabienes y apoyos. Por eso, Objetivo50 —con su mensaje conativo y esperanzador: “¡Desocupados, al tren!”— merece todo tipo de ayudas y bendiciones.

En efecto, para el éxito de cualquier empresa (grande, mediana o pequeña) o para asegurar el Estado de Bienestar de un país (España, por poner un ejemplo) o de conjunto de países (Unión Europea, por poner otro ejemplo), la formación, la preparación y la experiencia de los empleados o de los ciudadanos son la base fundamental. Cualquier economista o cualquier persona con dos dedos de frente suscribirían esta premisa.

Ahora bien, aceptado esto, es difícil llegar a comprender cómo las pequeñas, las medianas o las grandes empresas, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (la crisis económica) y teniendo en cuenta solo el corto plazo, se desprenden del capital humano, muy formado y con mucha experiencia, de más de 45 años; y, por otra parte, cuando tienen que contratar nuevos trabajadores o empleados, por qué desechan y dejan en la cuneta a aquellos que rondan la cincuentena.

Ya lo dejó escrito el rey Alfonso X, apodado el Sabio, hablando de la vida y de la amistad: “Quemad viejos leños, bebed viejos vinos, leed viejos libros, tened viejos amigos”. Y yo añadiría –pensando en los brazos y las cabezas de los que tienen más de 45 años y dirigiéndome a los responsables de las pequeñas, medianas y grandes empresas–: emplead a personas formadas y experimentadas, a personas maduras (que no viejas). Esto (formación y experiencia) no se encuentra, forzosamente, en la juventud que, como escribió alguien, “debe ser respetada no por lo que es, sino por lo que puede llegar a ser”.

Me han venido a las mientes dos aforismos africanos, que ilustran lo que acabo de decir y que rezan así: 1. “Cuando muere una persona mayor, desaparece toda una biblioteca”; y 2. “Para formar a un niño, se necesita a toda la tribu”. Por todo ello, creo que lo sensato, lo operativo y funcional es el mestizaje, la simbiosis de lo maduro, que no viejo (los seniors con formación y experiencia) con lo joven y esperanzador (los jóvenes con formación pero sin experiencia). De todas formas, como escribió, hace algún tiempo, un periodista hablando de la activa y dinámica doña Cayetana, la Duquesa de Alba, “la juventud no siempre cabalga en cuerpos de 20 años”.

© Manuel I. Cabezas González

www.honrad.blogspot.com

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