viernes. 19.04.2024

Desde que nacemos y hasta los 6 años de edad reímos unas 300 veces al día, pero cuando somos adultos las cosas cambian mucho y nos reímos mucho menos: los más risueños pueden alcanzar unas 100 veces al día y los menos risueños apenas llegan a 14.

Desde hace miles de años han sido muchas las civilizaciones que han destacado la importancia de reír para la buena salud, y las recomendaciones de reír para sentirse bien jamás han dejado de existir.

Para los griegos la risa era un atributo de la razón, por ejemplo, para Sócrates la alegría del alma formaba los bellos días de la vida, y Aristóteles, defensor de toda actividad ociosa, describía a la risa como un ejercicio valioso para la salud.

También en la Biblia, en el libro de Proverbios del Antiguo Testamento puede encontrarse la siguiente referencia: “Si un corazón esta alegre, la vida es más larga, pues un corazón lleno de alegría cura como una medicina, por el contrario, un espíritu triste lo desechan los huesos”.

La filosofía china del tao enseña que una sonrisa asegura la salud y la felicidad y aconseja que para estar sano y mantenerse en forma hay que reír 30 veces al día.

En la India existían templos sagrados donde se podía practicar la risa; además algunos libros hindúes hablan sobre la meditación con risa porque el hecho de reír es una técnica de meditación en sí misma y es un medio para conocerse interiormente que ayuda a estar en armonía con el mundo.

En antropología se registran varias tribus en las que los chamanes ofician también de suerte de payasos para curar a los guerreros y personas enfermas. En la Edad Media, el profesor de cirugía Henri Mondebille, proponía como ayuda para la recuperación de los pacientes quirúrgicos que después del post-operatorio, y cuando las cicatrices lo permitieran, se rieran lo máximo posible, para recuperarse más rápidamente y con resultados satisfactorios.

En 1964, Normand Cousins, un ejecutivo norteamericano, fue diagnosticado con espondilitis anquilosante, una especie de artritis espinal sumamente dolorosa, para la que los médicos no conocían cura. Cousins cayó en un estado de depresión que hacía que su dolor se hiciera más intenso, y ante ello, los médicos le aconsejaron probar reírse. A través de películas de “El Gordo y el Flaco” y de “Los hermanos Marx” y “Reírse a carcajadas” comenzó a sentirse mejor; descubrió que por diez minutos de risa lograba eliminar el dolor por dos horas. Combinando su terapia de risa con medicación y siguiendo las indicaciones de los médicos, logró curarse por completo de su enfermedad para luego escribir el libro «Anatomía de la Risa» y fundó el Humor Research Task Force.

La risa es una medicina gratuita, natural y sin contraindicaciones que está al alcance de todos nosotros.

El humor, la risa y la sonrisa tienen innumerables beneficios físicos y psicológicos. Por ejemplo, se ha comprobado que una risa profunda puede llegar a mover unos 400 músculos de todo el cuerpo, y por tanto representa un ejercicio físico importante. Aumenta la oxigenación en nuestros pulmones: entra el doble de aire en los pulmones, se moviliza el aire residual y la piel se oxigena más. La risa con sus movimientos incontrolados mueve los músculos y los estimula de tal forma, que ejercen un masaje sobre los órganos internos, provocando la posterior relajación y su consecuente sensación de placer. Se liberan endorfinas, unas sustancias químicas producidas por el propio organismo (estimulan los centros de placer del cerebro creando situaciones satisfactorias que contribuyen a eliminar el malestar y disminuir las sensaciones dolorosas). Regula la presión sanguínea.

El buen humor y la risa favorecen, mientras dura, la capacidad de pensar con flexibilidad y con mayor complejidad, con más amplitud. Favorece la sexualidad. Combate el estrés. Incrementa el sistema inmunológico. Optimiza la productividad. Favorece los vínculos en las relaciones interpersonales.

Cinco minutos de risa es equivalente a 45 minutos de un ejercicio aeróbico y por el contrario una hora de angustia equivale a cinco horas de trabajo físico en cuanto a la cantidad de energía consumida.

Cuando estamos dentro de algún problema que nos aqueja tendemos a preocuparnos, a deprimirnos, a desesperarnos, cosa que en lugar de ayudar empeora la situación. Si en lugar de elegir el sufrimiento, elegimos la risa y el humor aún en los momentos difíciles dejaremos a un lado la actitud compasiva hacia nosotros mismos, dejaremos de sentir lástima por nosotros mismos y en lugar de la compasión ejercitaremos mecanismos cerebrales que nos ayudarán a encontrar la mejor solución a nuestros problemas.

Ya nos lo decía el gran poeta y autor dramático español Valle Inclán: “No hay cosa sería que no pueda decirse con una sonrisa en la boca”.

Sufrir ante los problemas representa una actitud negativa ante la vida, reír en medio de los problemas representa una actitud positiva.

Para terminar os dejo con un proverbio chino que nos dice: “Si alguien está tan cansado que no pueda darte una sonrisa, dale la tuya”.

Juan Carlos Alcántara Amigo

Psicólogo

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RISOTERAPIA, REÍR VA EN SERIO