miércoles. 24.04.2024

thewindEste verano tuve la suerte de ver la película “The wind” (El viento) (Victor Sjostrom ,1928) una película muda en la que como en el propio nombre se indica, el viento es el principal protagonista. En los USA de principios del siglo XX una chica del este llega a la yerma pradera del oeste. Desde el principio de la historia, la carismática actriz de aquellos años Lillian Gish se percata del incesante viento que hay en el lugar que ha elegido para vivir. No hay sonido, no hay color y ni mucho menos 3D pero durante toda esta historia, tan sencillamente bien contada, tu también te sientes aturdido por el constante soplido del viento.

Ver esta película me recordó a otras películas que me gustaron mucho sobre el tiempo o el clima de un lugar y que, aunque carecen de efectos especiales, te hacen sudar o temblar como si estuvieras allí mismo.

Si hablamos de sudar la gota gorda me viene a la mente la obra maestra del francés Clouzot “El salario del miedo” 1953.En una colonia francesa del Caribe varios hombres sin trabajo esperan a que empleo y dinero caigan del cielo para escapar de ese lugar tan nauseabundo…pero ese cielo sin nubes solo cobija a un sol y a un calor asfixiantes que no parecen poder traer nada bueno... llega inesperadamente un trabajo. Eso sí, extremadamente peligroso. Llevar mercancías explosivas a través de carreteras y caminos en muy mal estado. A cambio de arriesgar enormemente sus vidas los hombres recibirán una gran compensación económica. Magnifica trama, sorprendente final y sudor, calor tórrido contagioso.

Si pasamos al frío, que persona que le guste el cine no ha oído hablar de la localidad de Fargo. Dicen que los hermanos Coen se pasaban las tardes enteras de su fría infancia en Minesota (USA) viendo películas ¿Cómo iban a contar una historia de su tierra sin la nieve y el hielo? La historia de “Fargo” (Hermanos Coen, 1996) comienza con un accidente provocado por el hielo y desde ese momento hasta el final, los guantes y los abrigos de plumas así como el café bien caliente no dejan de acompañarte.

Hay muchas otras películas de todos los tiempos en las que el clima o los elementos climáticos se te calan en los huesos. Destacaría el uso que hace de los sonidos acuáticos y del mismo viento surcando la estepa rusa el poético Andrei Tarkovski.

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Cine y atmósferas climáticas sin efectos especiales.