La unión de cuatro espléndidos actores, un director de moda como Sergio Peris-Mencheta y un texto del también actor Jaime Pujol ha dado como resultado Continuidad de los parques, una pieza en la que se cuentan ocho historias, aparentemente inconexas, con el nexo común de un banco en un parque. La función llega al Bergidum el próximo 27 de marzo (21 horas) en el programa de abono de invierno y coincidiendo con el Día Mundial del Teatro.
Un parque es un escenario. El banco se convierte en el sitio idóneo para la complicidad o el antagonismo, aunque sólo sea por la proximidad física de dos desconocidos. La palabra hace el resto. Este es el punto de partida de las ocho piezas que componen Continuidad de los parques, que nos propone un juego perverso, cómico y engañoso: un retablo de apariencias, de continuos equívocos a medio camino entre el realismo y el absurdo. Una obra repleta de sorpresas, ágil, desconcertante y eminentemente divertida.
Cuatro actores interpretan a más de 20 personajes, que se cruzan, chocan, encuentran y “desencuentran” en un parque. La obra disecciona, a través del humor, el dilema entre tu verdad, mi verdad, y la verdad, y es el espectador el que finalmente elige su propia aventura. Su afán común es el de sorprender, con ingenio y sentido del humor; componer situaciones donde el desenlace imprevisto de sentido a la extrañeza inicial. En casi todas estas piezas existe una clara dualidad entre locura y racionalidad, una confrontación entre el inconfundible mundo exterior observado por un personaje y la visión modificada, desde el interior, por parte de otro personaje. Y en ese, digamos, conflicto, el individuo racional y pasivo acaba entrando en el juego del antagonista, ya que es contagiado o conducido hacia el desequilibrio, el paroxismo o el placer que le procura esa nueva visión de la realidad.
"Estamos ante una obra amable, blanca", ha dicho la crítica. "Su única dureza –y no es poca– se halla en aquellos momentos que nos enfrentan al espejo de la demencia, uno de los temas que sobrevuelan varias escenas, tratadas todas con inteligencia y una buena dosis de sorpresa".
Buena parte del éxito de la función recae en el reparto, en el que coinciden actores de larga trayectoria como Roberto Álvarez (Ana y los siete, Hable con ella...), Fele Martínez (Tesis, Abre los ojos, La mala educación...), Luis Zahera (Celda 211, Alatriste, Con el culo al aire...) o Gorka Otxoa (Pagafantas, Doctor Mateo...)
Además, el director ha buscado la ayuda de un asesor de magia (Nacho Diago), un clown (Néstor Muzo), un grafitero (El Niño de las pinturas) y un maestro de Loop Station (Marcos Martínez, Grison Beatbox). El «loop» (un bucle de música electrónica) juega un papel determinante en el montaje, manejado por Marta Solaz. La actriz, que ha tenido que aprender a utilizar el «loop», canta en directo y graba las secuencias musicales que se escuchan en la función.
