jueves. 25.04.2024

La mayoría de mujeres esperan sentirse felices ante la llegada de un bebé, pero en muchos casos aparece un sentimiento de soledad y tristeza que puede desencadenar en una depresión.

El nacimiento de un bebé debería ser un acontecimiento rodeado de felicidad y alegría, pero en muchos más casos de los que pensamos (en torno a un 80 %), las mujeres sufren un estado emocional de tristeza, irritabilidad y ansiedad, conocido como depresión postparto. Se pueden distinguir tres tipos:

- Depresión postparto leve: Aparece en torno al tercer día después del parto y suele durar un mes aproximadamente. Los síntomas habituales son insomnio, tristeza, frustración, fatiga, irritabilidad y ansiedad, llanto fácil, dudas sobre la propia capacidad para ser madre.

- Depresión mayor postparto: Aparece entre 4 y 30 semanas después del parto. Los síntomas principales son exceso o falta de apetito, deseos de aislamiento o sentimientos de extrema soledad, falta de energía, ansiedad, falta de interés en el auto cuidado, ideas suicidas o de hacerse daño, alteraciones del sueño, irritabilidad hacia la pareja y/o hacia los otros hijos, sentimientos de culpa, problemas de memoria, no desean quedarse solas con el bebé porque se perciben incapaces de cuidarlo, resentimientos hacia el bebé, lo culpan por la situación y a veces, piensan en hacerle daño, sobreprotección del bebé, ideas de arrepentimiento del embarazo y nacimiento del niño.

- Psicosis postparto: Afecta a una de cada cuatro mil mujeres tras el parto. Incluye todos los síntomas de la depresión mayor postparto y además: Alucinaciones, intentos de lastimarte o dañar al bebé, confusión, cambios extremos en el estado de ánimo.

La causas exactas de la depresión posparto se desconocen, aunque sin duda alguna, los cambios en los niveles hormonales durante y después del embarazo pueden afectar el estado anímico de una mujer. Otros factores distintos a los hormonales que también pueden afectar el estado de ánimo son: Cambios en el cuerpo a raíz del embarazo y el parto, cambios en las relaciones laborales y sociales, tener menos tiempo y libertad para sí misma, falta de sueño, preocupaciones acerca de la capacidad para ser una buena madre. Existen también una serie de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir depresión postparto. Entre otros, se encuentran: edad menor de 20 años en el momento de quedarse embarazada, consumo de sustancias tóxicas por parte de la madre, el embarazo no había sido planeado, no tener pareja, tener poco apoyo por parte de pareja, familia o amigos, haber padecido algún trastorno mental antes del embarazo, haber experimentado algún acontecimiento muy estresante durante el embarazo, tener problemas económicos, tener una personalidad perfeccionista, haber padecido depresión en el embarazo, haber tenido un embarazo múltiple, haberse sometido a un tratamiento de fertilidad.

El agotamiento, el cansancio provocado por el parto y el sueño atrasado sumados al cuidado del pequeño, también hacen sentir sus efectos en el estado de ánimo de la mujer sobre todo si, entre otros: Se ha tenido un parto difícil, se ha estado separada del bebé porque éste estuvo hospitalizado, el bebé tiene un temperamento difícil, tener dificultades con la lactancia o se han recibido opiniones confusas y contradictorias acerca de la crianza.

La depresión posparto tiene un tratamiento parecido a cualquier otra depresión. La terapia psicológica es lo más indicado, sobre todo, cuando la madre está dando el pecho a su bebé. No obstante, en algunos casos, es necesario combinarla con medicamentos. La nueva mamá necesitará apoyo y tranquilidad, luego debe concienciarse de su problema para iniciar la recuperación. Es muy importante que la pareja de la paciente esté involucrada en su tratamiento. El marido también participará de las terapias, y se sentirá más aliviado al saber de lo que se trata, y por recibir consejos sobre cómo actuar y ayudar a su esposa. En cuanto al tratamiento farmacológico, será siempre el médico quien prescribirá el tratamiento.

|Juan Carlos Alcántara Amigo

Psicólogo

DEPRESIÓN POSTPARTO