Acompañamos a Don Eutimio Martino, el gran sabio sajambrino (Oseja de Sajambre), hasta Cistierna para presentar su último libro sobre romanos, cántabros y astures: “Roma contra cántabros y astures”. Fuimos recibidos por Siro, historiador cirtiernés (Cistierna) que nos llevó al café moderno donde nos esperaron un grupo de interesados y estudiosos de la obra de este sabio. Entre otros Nino, presidente de Promonumenta. Felipe, maestro de Reliegos, ramón de Soto de Valderrueda y otros. A la entrada del salón parroquial donde se hizo el acto nos encontramos con Mar, admiradora del padre Eutimio. Y con Miguel Ángel, rabelista de Robles de la Valcueva, músico y cantante (El elefante de Orzonaga) que junto a su compañera vienen asistiendo con asiduidad a todas las conferencias que imparte.
La presentación fue un modelo de erudición histórica, geográfica y un alarde de conocimiento de los Picos de Europa, de la comarca de Sajambre, Valdeón y Valdeburón acompañado de rigor científico y amenidad difícil de encontrar en estos tiempos.
El remate fue al día siguiente con un filandón matutino con la participación de don Jesús Rodríguez Recio, director del Instituto Bíblico leonés, Siro el historiador y nuestro sabio sajambriego.
Salud y larga vida a los hombres comprometidos.
Picos de Europa, no es como dicen versiones oficiales del “saber” que deba su nombre a que los marineros al viajar en sus barcos es lo que ven cuando llegan a la costa, ni porque desde ellos se atisbe el viejo continente. No tiene nada que ver. Según don Eutimio Martino “los nombres son muy pertinaces” y las palabras, así como el nombre de los lugares y de las cosas forman parte de su historia cuya evolución nos dan pistas y datos de los lugares.
Pues, bien, Europa, en el caso de esta montaña se refiere a Ur- apa, lugar del agua. Luego a través del habla esta palabra evolucionó hasta ser “europa”. Precisamente es donde nacen los ríos, donde se forma su reserva de agua en forma de nieve, etc. Lo mismo que pueblos que acaban en “ambre”, como Villaquilambre, Oseja de Salajambre, se interpreta por los “erúditos” que se refiere al hambre en determinadas épocas. Este término se refiere también al agua que viene de la lluvia y que forma pequeños ríos. Y es sin hache, evidentemente. El nombre de León, explica, no viene de la palabra “legio” en referencia a las legiones romanas, sino que son la unión de dos nombres de los ríos que flanquean a esta ciudad en la lengua de los primitivos pobladores que luego los romanos los latinizan.
