miércoles. 24.04.2024

LA FIBRILACIÓN AURICULAR, Y LA IMPORTANCIA DE LA ANTICOALUACIÓN

¿Doctor esta “arritmia” es muy frecuente?

La Fibrilación Auricular (FA) es la arritmia cardiaca sostenida más prevalente en nuestra sociedad, afectando al 1-2% de la población. Afecta a unos 6.000.000 de europeos y se estima que su prevalencia se duplique en los próximos años en relación fundamentalmente con el envejecimiento de la población.

¿Pero Doctor, explíquenos en qué consiste la FA?

La FA como toda “arritmia” cardiaca se trata de un trastorno eléctrico que provoca la contracción del corazón mediante un ritmo diferente al normal que es el ritmo sinsusal. Existen dos grupos de “arritmias” , las que aceleran el pulso cardiaco o Taquiarritmias (entre las que se encuentra la FA) y las bradiarritmias, que suponen un enlentecimiento del pulso cardiaco.

La FA tiene su origen en las venas que conectan el pulmón con el corazón, las llamadas venas pulmonares en las que se provoca una serie de impulsos eléctricos rápidos y caóticos que se trasmiten a las cámaras del corazón que reciben la sangre por las diferentes venas (llamadas aurículas) que por tanto se contraerán a una frecuencia muy rápida e irregular(entre 400 y 600 veces por minuto). Esa contracción caótica se transmite a los ventrículos (que son las cámaras que bombean la sangre al resto del cuerpo) y por eso la FA es una arritmia tan irregular. La explicación de que los ventrículos no se contraigan a la alta frecuencia a la que lo hacen las aurículas (lo cual podría poner en peligro la vida del paciente) es la presencia de un órgano situado en la unión de aurículas y ventrículos que se llama nodo aurículo-ventricular y que “filtra” el número de impulsos eléctricos (o latidos auriculares) que se transmiten a los ventrículos.

¿Qué problemas puede acarrearle a un paciente la FA?

Como explicábamos con anterioridad, la contracción rápida e irregular del corazón puede provocar la presencia de “palpitaciones” o sensación de “pulso acelerado e irregular” que en ocasiones, sobre todo si hay enfermedad cardiaca previa puede suponer fallo de bombeo del corazón por contraerse tan rápido lo que puede llevar al paciente a una situación de insuficiencia cardiaca. En otras ocasiones, incluso en pacientes sin cardiopatía previa la presencia de FA sostenida puede deteriorar también por sí misma la capacidad de bombeo del corazón, es lo que se denomina taquimiocardiopatía o afectación del corazón por una taquicardia.

El otro, y principal problema de la FA, es que esa contracción caótica y tan rápida de las aurículas se acompaña de un fallo real de bombeo de las propias aurículas con lo que es posible que la sangre que entra en ellas, fundamentalmente en unas invaginaciones llamadas “orejuelas” se quede “estancada” y puedan formarse coágulos que en un momento dado puedan salir del corazón dando lugar a una embolia, lo mas frecuente a nivel cerebral provocando por tanto un ICTUS. Tal es así que la presencia de FA aumenta por cinco el riesgo de ICTUS (fundamentalmente en pacientes mayores de 65 años, diabéticos, con hipertensión arterial, disfunción previa del corazón o que hayan tenido un ICTUS o embolia previos) y uno de cada 5 ICTUS es causado por FA. Además el mayor riesgo de ICTUS de los pacientes con FA aumenta además su riesgo de mortalidad. De ahí la importancia del tratamiento anticoagulante en aquellos pacientes con riesgo de embolia.

¿Todas las “FA” son iguales? ¿Aparecen del mismo modo? ¿Con qué se asocia?

La FA puede expresarse como una arritmia “que viene y va” a lo que llamamos FA paroxística o bien de forma continua o que requiere de intervenciones para terminarla a la que llamamos FA persistente. Es importante apuntar que ambos tipos de FA tienen el mismo riesgo de embolia y por tanto las mismas necesidades de tratamiento anticoagulante. La forma de aparición o de diagnóstico en ocasiones es tras un ICTUS, que puede ser la primera expresión de la arritmia, por la presencia de las palpitaciones que hemos comentado anteriormente, por sensación de fatiga asociada a la presencia de fallo de bombeo del corazón por la FA o incluso puede diagnosticarse en pacientes asintomáticos que nunca antes habían tenido ningún síntoma.

Los factores asociados a la aparición de FA son fundamentalmente la edad, la presencia de factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión o la diabetes, el crecimiento de la aurícula izquierda, la presencia de problemas valvulares, etc.

Por tanto Doctor, ¿qué opciones existen para el tratamiento de la FA?

Como hemos dicho con anterioridad la FA tiene dos problemas fundamentales, el que el pulso se acelere y que se puedan formar trombos dentro del corazón con las consecuencias que hemos visto. Por ello hemos de tratar ambos problemas.

El primero y más importante es el tratamiento anticoagulante para evitar la formación de trombos que puede realizarse con Sintrom® o de un tiempo a esta parte con otros fármacos anticoagulantes que no requieren controles pero que no pueden pautarse a todos los pacientes, dado que no están indicados en pacientes con FA asociada a enfermedad importante de las válvulas cardiacas (fundamentalmente afectación reumática) y hay que tener precauciones en pacientes con insuficiencia renal entre otros problemas.

Para el tratamiento puro del trastorno del ritmo, existen dos estrategias: bien dejar la arritmia pero asociar fármacos que ayuden a ese nodo aurículo-ventricular para que la frecuencia cardiaca no se dispare y aunque el corazón se contraiga de forma “arrítmica” lo haga a una frecuencia normal o bien intentar que la arritmia no aparezca.

Para evitar que la arritmia aparezca inicialmente se usan los llamados fármacos antiarrítmicos de los cuales hay varias clases y que evitan que la arritmia se origine en las Venas Pulmonares. En aquellos pacientes en los que la estrategia de evitar que aparezca la arritmia con fármacos falle y se decida mantener el ritmo normal del corazón por el motivo que sea, tanto por lo sintomática que pueda ser la arritmia para el paciente como por la afectación de la capacidad de bombeo del corazón, etc, existe la posibilidad de realizar un tratamiento invasivo mediante la realización de un estudio electrofisiológico. Este estudio consiste en introducir unos catéteres hasta el corazón y estudiar las zonas de inicio de la FA en las venas pulmonares realizando unas quemaduras o congelaciones (el término médico es ablación) en la unión de dichas venas a la aurícula izquierda para “separar” eléctricamente las venas del corazón de tal manera que si se iniciase la arritmia dentro de las venas esta no se transmitiese al corazón. Esta es solo una “desconexión eléctrica” no impide el paso normal de sangre y el ejemplo sería como la realización de un cortafuegos en un incendio.

Para mayor información la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón han editado una guía para pacientes con FA que pueden descargarse en el siguiente enlace:

http://www.fundaciondelcorazon.com/images/stories/file/fa/fibrilacion-auricular-espanol.pdf

cardiologoDoctor Alejandro Vega

Unidad de Arritmias y Electrofisiología Cardiaca. Servicio de Cardiología.

Hospital Universitario La Paz (Madrid)

Cardiología Clínica y Pruebas diagnósticas cardiacas. Hospital de La Reina (Ponferrada)

Entrevista al Dr. Alejandro Vega (Cardiólogo)