martes. 23.04.2024

Democracia Nacional en León contempla con gran preocupación las pretensiones del actual gobierno español de eliminar las Juntas Vecinales, todo un símbolo del Reino de León que presta un servicio esencial para nuestro medio rural. A continuación vamos a exponer los orígenes de estas entidades locales, los servicios que prestan y cuáles son los planes del Partido Popular para hacerlas desaparecer.

El origen de las actuales Juntas Vecinales proviene de los Concejos que se instauraron en el Reino de León, cuna del parlamentarismo, en el siglo X. El término proviene de la palabra latina concilium que significa reunión o asamblea. En los concejos se reunían todos los vecinos reconocidos como residentes en el pueblo que cumpliesen los requisitos de ser mayores de edad y cabezas de familia.

Los Concejos, en bable Conceyus, se reunían después de la misa dominical y su asistencia era de carácter obligatorio, salvo fuerza mayor; pudiendo sancionarse al vecino que no acudiera sin causa justificada.

Las localidades gozaban, a través de sus fueros, de determinados derechos como la libertad de residencia o la posesión y aprovechamiento de bienes, que antes de la creación de los Conceyus eran monopolizados por el monarca o los nobles, representantes del poder de su Rey.

Las poblaciones tenían el dominus villae y ellos mismos elegían democráticamente los cargos de representación del Conceyu.

Los vecinos acordaban como realizar el aprovechamiento agrarios de sus bienes, regadíos, praderas, molinos, bosques, montes, etc., pero también de dirimían asuntos judiciales, administrativos o fedatarios de los documentos redactados en Conceyu. Es decir se regulaba la convivencia entre vecinos así como las relaciones con los pueblos colindantes.

Todo ciudadano interesado en profundizar más en este apasionante tema puede bucear en el Archivo Histórico Provincial de León, donde se custodian los documentos donde figuran estos privilegios, con siglos de historia. Cabe destacar que en la provincia de León funcionan un tercio de las más de tres mil Juntas Vecinales existentes en España.

Existen numerosas anécdotas sobre la importancia y las diversas potestades de los Conceyus. Parece ser que hace muchos siglos una joven moza se quedó en cinta, siendo un interrogante el progenitor de la criatura. Ante tal dilema moral y dada la bisoñez de la madre, los vecinos acordaron, como castigo a la mujer (eran otros tiempos) y en beneficio del nonato, encargarse de la custodia del bebe pasando a ser un niño comunal, adquiriendo toda la población la obligación de la manutención y educación de la criatura.

Estos difíciles momentos que nos toca vivir a los españoles parecen ser el caldo de cultivo propiciatorio de las más aberrantes estupideces que desde nuestro partido, DN vamos a combatir. Así que al gobierno, en vez de solucionar los acuciantes problemas que sufrimos: paro, corrupción generalizada, separatismos aldeanos, inseguridad ciudadana, flujos migratorios invasivos, adoctrinamiento en las aulas y una asfixiante inquietud; se le ha ocurrido la genialidad

de eliminar las Juntas Vecinales. Ya se ha hecho público el texto del Anteproyecto de Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. Se trata de una modificación de la preexistente Ley de Bases de Régimen Local, donde se regula el funcionamiento, entre otras instituciones, de las Juntas Vecinales.

Desde este medio exigimos que las Juntas Vecinales sean reconocidas por los legisladores como una figura tradicional digna de protección. Su desaparición produciría la cesión de todos los bienes del Conceyu a los Ayuntamientos, endeudados hasta las trancas, y como consecuencia el abandono y ostracismo de nuestros pueblos.

No queremos entrar en jardines jurídicos, pero a modo de resumen, vamos a reseñar algunos aspectos de este despropósito de reforma de la Ley de Régimen Local: En el artículo 3 las Juntas Vecinales pierden la condición de entidades locales, y por lo tanto, su personalidad jurídica, lo que las elimina como adjudicatarias de subvenciones, ayudas y posibilidades de cofinanciación. Desde tiempos pretéritos han sido las Juntas Vecinales quienes han aportado múltiples servicios a sus pueblos (riego, traída de aguas, alcantarillado, alumbrado público, cementerio, locales de reunión y ocio, etc.). La Ley deja estas poblaciones en manos de los Ayuntamientos, ya que se quedaran sin recursos para añadir cualquier dotación, por ínfima que sea.

El Sr. Montoro, ministro de Hacienda, pretende, en su ignorancia, la desaparición de los Conceyus tradicionales para ¿ahorrar gastos? No cabe mayor estupidez. Las Juntas Vecinales, que llevan luchando por el bien común desde hace once siglos, no producen gastos a la administración y si le suponen importantes ahorros. Los miembros gestores de los Conceyus trabajan muy duro y sin recibir compensación económica alguna. Además su economía doméstica está saneada, ya pudieran decir lo mismo el restos de las administración públicas.

Desde Democracia Nacional queremos dejar constancia de un hecho significativo: las juntas vecinales son las únicas instituciones administrativas que no están sujetas al compadreo del caciquismo reinante dentro de los partidos políticos. Son los vecinos de la localidad los que están legitimados para tomar decisiones libremente y con total independencia de la disciplina impuesta por las siglas de su partido.

Por lo tanto, estimados leoneses, hijos de Netón (Dios hispánico de la guerra), luchemos por lo que fuimos y pelearon nuestros ancestros, indómitos e irreductibles guerreros. Nos avala la razón y más de un milenio de historia. No permitamos que nuestros hijos se avergüencen de nosotros por pusilánimes.

NO A LA DESAPARICIÓN DE LOS CONCEYUS LLÏONESES.

Ni un paso atrás, Democracia Nacional León.

¿JUNTAS VECINALES? SI, POR SUPUESTO.