sábado. 20.04.2024

La amistad se inicia con la atracción entre dos personas. Nos sentimos atraídos por aquellas personas que pensamos nos pueden aportar cosas, porque se crea una buena conexión, porque hay algo que compartir.

Diferentes investigaciones afirman que los factores por los cuales se inicia una amistad son:

- Proximidad: Los que se encuentran físicamente más cercanos (en el trabajo, en el barrio, en el lugar de estudios), son con los que se suelen compartir más actividades por lo que es más probable establecer un lazo de amistad con ellos.

- Semejanza: Debe existir una afinidad con el otro para poder empezar a crear lazos de amistad. También serán importantes la edad, la procedencia, el nivel cultural y la clase social.

- Reciprocidad: Cuando podemos compartir los mismos gustos, las mismas aficiones u opiniones tenemos más probabilidades de establecer amistad.

- Complementariedad: Nos sentimos atraídos por personas afines y por aquellas que de alguna manera satisfacen nuestras necesidades psicológicas.

Tener amigos nos sirve de refugio donde, en caso de necesidad, podemos encontrar ayuda y consuelo sin tener que dar nada a cambio. La amistad no es posesión, ni exigencias, ni obligaciones sino libertad y apoyo mutuo. A lo largo de la vida vamos estableciendo numerosas relaciones interpersonales en las que volcamos nuestro afecto, de una forma más o menos intensa, dependiendo de la afinidad que sentimos por esas personas, de la intensidad y frecuencia de la relación y de la reciprocidad afectiva que advertimos en ellos. De forma más o menos inconsciente, damos cariño esperando que éste obtenga cierta resonancia en la persona querida, de tal modo que esta persona también nos dé cariño a nosotros, lo que supone un reconocimiento, una reciprocidad y el establecimiento de un vínculo afectivo como es la amistad.

La amistad, como la relación de pareja, es una relación íntima de dar y recibir. Responde a unas necesidades inmediatas, como son la necesidad de seguridad, de aprobación de los otros y el rechazo de la soledad, aportando gratificaciones como la compañía y el sentirse comprendido y querido. Al tener un amigo debemos sentir certeza completa de que podemos contar con él, y a su vez de que él puede contar con nosotros. Aparte de la relación afectiva en sí, la amistad es siempre una forma de enriquecimiento personal, del cariño del amigo se aprende, pero también de sus experiencias, de sus conocimientos y de sus vivencias.

El psicólogo Carl Rogers considera cuatro características básicas de una amistad sana:

1.- Autenticidad, es decir, tiene que expresar claramente el modo de sentir sin máscaras ni reservas.

2.- Cordialidad, que consiste en aceptar y considerar de forma incondicional sin pretender que los demás hagan lo que uno quiere.

3.- Empatía, la capacidad de comprender lo que la otra persona siente. A veces no hace falta las palabras.

4.- Disposición de apertura hacia el otro, de compartir de puertas para afuera.

Diversos estudios han concluido que tener amigos alarga la vida y además es una buena forma de combatir el estrés. También indican que la amistad tiene beneficios para la salud, como por ejemplo: Activa nuevas áreas del cerebro y libera sustancias hormonales que favorecen la relajación y el bienestar. Se corre menos riesgo de morir de enfermedades graves. Se posee un sistema inmunitario más fuerte y resistente. Se goza de mejor salud mental.

Para conservar una amistad debemos prestar atención a una serie de aspectos como por ejemplo:

-Tener paciencia: Tratar de no juzgar severamente el comportamiento de nuestros amigos. Pensar que nosotros mismos podemos estar algún día en ese mismo lugar y cometer los mismos errores.

-Ser honestos: La honestidad es el pilar fundamental para una relación de amistad. No debemos acumular resentimientos contra alguien, y mucho menos criticar a sus espaldas. Las cosas deben hablarse con madurez y entendimiento. Todo siempre a la cara, frente a frente.

-Tomar la iniciativa: Una amistad, requiere de cierto contacto y tiempo compartido, ya sea a través de llamadas, mensajes, visitas, organizar tiempo para estar juntos y estar atentos a las necesidades de nuestros amigos es importante para conservar una amistad.

-Saber perdonar: Evitar ser muy críticos y exigentes con los demás. Todos cometemos errores en una relación de amistad, saber perdonar es perdonarnos también a nosotros mismos.

-Saber escuchar: Ponernos en el lugar del otro, escuchar también con el corazón lo que el otro tiene para decirnos es una cualidad muy importante dentro de una relación de amistad.

- Ser positivos: La cualidad de ser optimistas y de ver las cosas de manera positiva, nos ayuda a atraer a más personas y conservar nuestras relaciones de amistad. Todos preferimos la compañía de aquellas personas alegres y positivas en contraposición con aquellas pesimistas que viven quejándose de todos y de todo.

-Auto-perdonarse: Las personas que son muy críticos con los demás también lo son consigo mismos. Si siempre estamos pensando en qué opinarán de nosotros sobre un determinado comportamiento, nunca conseguiremos tener una relación de amistad plena y sincera.

-Sentir el cariño: No tiene que darnos miedo dejar que la otra persona nos muestre su cariño y sentirlo. La amistad es un modo de amor muy especial y que permite una independencia muy por encima del resto de relaciones.

Desde las Naciones Unidas se propuso el 30 de julio para celebrar en todo el mundo el Día Internacional de la Amistad.

Juan Carlos Alcántara Amigo

Psicólogo

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LA AMISTAD