sábado. 27.04.2024

El documento 'Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2016' elaborado por el Reaf-Regaf, el órgano especializado en tributación del Consejo General de Economistas, pone de manifiesto un año más las diferencias que existen entre los ciudadanos de distintas comunidades autónomas a la hora de pagar determinados impuestos. Uno de los ejemplos más claros de esos desequilibrios se produce en el impuesto de Sucesiones. Para reflejar esa distancia en lo que tienen que pagar unos y otros, el trabajo incluye ejemplos concretos en los que se determinan esas diferencias.

Asturias es una de las comunidades en las que más se paga a la hora de heredar. Así, en el caso concreto de un hijo soltero de 30 años hereda bienes de su padre por un valor de 800.000 €, de los que 200.000 € corresponden a la vivienda del fallecido. En Asturias ese hijo tiene que pagar por sucesiones 162.618,96 €, mientras que en la comunidad vecina de Cantabria, una persona en el mismo caso tendría que pagar 1.262,39 €. De hecho Asturias, en ese caso, es la segunda comunidad autónoma que más cobra por ese impuesto, sólo superada por Andalucía, donde una persona en ese mismo caso debería pagar por Sucesiones 164.049,35 €. Aunque los tipos no sean muy diferentes, son muchas las comunidades que reducen las cantidades a pagar a través de bonificaciones, lo que produce esas importantes diferencias.

En el mencionado ejemplo concreto, de ese hijo de 30 años, la comunidad en la que menos se pagaría es Islas Canarias, donde tendría que desembolsar 134,23 €. Algo más pagaría en Cantabria (1.262,39 €), en Madrid (1.586 €), en La Rioja (3.152 €) e Islas Baleares (5.950 €). En cuanto a las comunidades autónomas en las que más se pagaría en ese caso, después de Andalucía y Asturias figuran Extremadura (158.796 €) y Aragón (155.393 €), Castilla y León (89.168 €) y Murcia (82.024 €). La cantidad a pagar en otras comunidades sería de 31.596 € en Galicia, 15.000 € en Cataluña y 7.939 € en Castilla-La Mancha.

Así, se han referido a la deslocalización de grandes patrimonios de unas regiones a otras. "Hay asturianos que se van a morir a Madrid por esa razón", han afirmado. Se refieren así cabezas de familia que se trasladan a Madrid para vivir tres años para tener luego el 99% de la exención que existe en ese impuesto en esa comunidad autónoma.

En este sentido, el Consejo señala que la próxima reforma de la financiación autonómica sería una buena oportunidad para intentar armonizar todo lo que tiene que ver con los impuestos, y terminar con esas grandes diferencias fiscales entre unas regiones y otras.

La aquiescencia con que la mayoría de los ciudadanos acepta en la actualidad subidas de impuestos no tiene parangón en la historia. Egipcios, muladíes, colonos y comuneros, todos han respondido con dureza a decisiones de aumentar sus cargas fiscales. El motín del té en Boston, el del arrabal de Córdoba, la Revolución francesa... son solo algunos de estos episodios que nos deja la Historia.

Desde el inicio de las civilizaciones, los gobiernos han ideado todo tipo de impuestos y tasas con el consiguiente rechazo de los afectados. Sin embargo, ahora, se ha instalado una especie de conformismo ante las decisiones de los gobiernos de aumentar la presión fiscal.

Las recetas de los partidos políticos, sean de la ideología que sean, para combatir "las crisis" y rebajar sus déficits presupuestarios son poco originales. Prácticamente no hay ninguna distinta de los incrementos impositivos.

Unos optarán por subir los impuestos directos, otros indirectos, para los ricos, empresarios, clases medias, contribuciones especiales o tasas... pero la alternativa que prácticamente ha desaparecido en los programas fiscales de los partidos es la de rebajar la carga fiscal.

Se cuenta que los antiguos britanos, en lucha contra Roma, llegaron a exclamar: “Hubiéramos preferido que nos mataran a tener que vivir con la carga de un impuesto”. Y así se ha demostrado a lo largo de la historia.

las vegas 2010-1En Francia, la indignación que suscitó la gabela, tasa con que se gravaba la sal, fue uno de los detonantes de la Revolución francesa. La política fiscal fue decisiva en la guerra de la Independencia estadounidense y en la sangrienta rebelión de 1785 en los barrios de Ecuador. En España, la revolución comunera obedeció, en origen, al hartazgo del pueblo con la política tributaria de Carlos I.

Un viejo impuesto inglés fue el "window tax", el impuesto sobre las ventanas se trató de un caso de manual sobre cómo un impuesto puede tener efectos colaterales graves sobre el bienestar social, no sólo en términos de equidad sino en una mala asignación de recursos. Era un impuesto sobre los ocupantes, no los propietarios, y empeoró las condiciones de vida de los más pobres en las ciudades. Por cierto, era progresivo: no se pagaba si había menos de 10 ventanas; era de 6 peniques por ventana si había entre 10 y 14; 9 peniques si había entre 15 y 19; y un chelín si había 20 ventanas o más. Sus consecuencias fueron inmediatas y, en este caso, la respuesta de los contribuyentes fue inesperada: se empezaron a construir casas con pocas ventanas, y a cerrarse más y más ventanas en las casas ya construidas. Las consecuencias de esas nuevas construcciones, impidiendo una ventilación adecuada y la entrada de aire fresco, fomentó la propagación de numerosas enfermedades como disentería, gangrena y tifus.

Que quiero decir con todo esto; pues que el discurso político sobre la subida de impuestos, muchas veces disfrazado de ventajas para el ciudadano, obedece a una nefasta administración de los recursos del Estado, que con las autonomías y demás entes locales y empresas públicas es un sumidero de recursos donde los haya y que queda por realizar el verdadero ajuste de las cuentas públicas que es " la desaparición de un 30% de los políticos, asesores de políticos, Senado, Diputaciones, Consejos Comarcales y otras duplicidades en la Administración de Estado, que se hace insostenible para los Contribuyentes, que soportamos una Carga Fiscal, entre impuestos directos, indirectos y medio pensionistas, que nos convierte en "Esclavos del Estado".

Amados lectores os dejo una foto cenando con unos compañeros inmobiliarios en Las Vegas-USA, estábamos esperando a Donald Trump.

| Gonzalo García Vázquez

Experto financiero & Inmobiliario

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LA REBELIÓN DE LOS CONTRIBUYENTES