jueves. 25.04.2024

La relación entre el otoño y los estados de ánimo decaídos es de sobras conocida y parece científicamente documentada. El escritor villafranquino Bouza Pol nos regala unos poemas para celebrar la estación melancólica por excelencia. ¿Quién mejor que un poeta para explicar lo inexplicable?

Los poetas son magos que juntan las palabras para que los sentimientos invisibles se puedan tocar con los dedos del alma"

José Luis Ferris

TE QUIERO ASÍ

Toliñas póñense as verbas,

cando falan de ti;

toliñas, loucas, travesas,

non poden parar de dicir.

Supoñen, imaxinan, contan,

de acordo co seu maxin.

¡Falad, contad, palabriñas,

non deixeis de proferir

demasía de alegrías

que Ela me fixo a min!

Te quiero así, FANTASÍA,

que as xentes falen de ti.

LA ÚLTIMA CENA

En la mesa camilla,

del comedor de casa,

¡cuánta alegría, qué bien se pasa!,

con la familia,

y los obreros.

Mi madre servía,

chorizos y cachelos,

tan bien cocidos y aderezados

que todos repetíamos alborozados,

con los platos llenos y

suspirando:

¡qué bueno está todo, ya voy repleto!,

del bacalao comeré dos tajaditas,

y tres huevos cocidos con sus salsitas.

A esgalla el blanco pan de hogaza,

tierno y crujiente,

el mejor vino tinto,

y el aguardiente.

De postre compota,

y arroz con leche.

Felices tiempos aquellos,

tradicionales,

mesa redonda,

grande, muy grande...,

los obreros y yo,

junto a mis padres.

MI AMADA

Mi amada vive lejos,

empeñada en su pudor,

candorosamente tranquila,

muy ajena a mi dolor.

Prisionera del ensueño

de su pasado esplendor,

se reclina en los altares

de nueve templos triunfales,

filantropía de amor.

Mi amada, Villafranca,

delicada, misteriosa,

pura y santa,

sueño de eternidad;

plegaria tras los vitrales

de enrejados ventanales,

llena de vida interior.

EPÍSTOLA MORAL A LOS

VILLAFRANQUINOS ENVIDIOSOS

Señorías:

Ya he dicho muchas veces

que aunque no sea santo de su devoción

si necesitan algo de mi no deben dudar en pedírmelo.

Tengan la confianza de que serán atendidos sus ruegos,

en la justa medida de los nobles sueños,

pues mi generosidad es tan grande que a veces hasta da que hablar.

Pero no me pidan montes ni llanuras,

ni regatos;

sólo les podré donar el alto don, la riqueza, de mis graneros de honestidad,

de respeto,

de dignidad y decoro.

En ellos podrán servirse a manos llenas,

hasta que se colmen los

anhelos,

y sean dichosos sus ojos.

Nada más.

PEREGRINO

Delante de mi casa,

muy tempranito,

sin verme pasa,

camino de Santiago,

el peregrino.

Ensimismado marcha,

muy distraído,

pensando en el milagro

que le ha traído

dulce paz en el alma,

y nuevos bríos,

para seguir adelante,

ya renacido.

|Bouza Pol

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