viernes. 29.03.2024

VOY A LIMPIAR EL SOTO

Todo lo aquí contado es falso, los personajes no son reales y ocurrió en un país encantado que ya casi no existe…Nada es verdad incluso lo anterior.

Una mañana de invierno la señora Eulalia dirige sus pasos en compañía de su hijo hacia la oficina de los guardas forestales de su demarcación; al llegar a la puerta el cartel indica que solo atienden lunes, miércoles y viernes y hoy es martes, bueno, piensa: “ con esto de los recortes si quitan médicos cómo no van a quitar guardas del monte, si total...”.Vuelven al día siguiente y llegan demasiado pronto, pero hoy sí les atienden, la Sra. Eulalia le dice al guardia que viene por el “papeliño pra limpar o souto e poder queimar”, el funcionario amablemente le dice que disculpe, que él es de Soria recién llegado y que no entiende el “gallego”.

“Bueno pues eso, o papel para limpiar los castaños”, el funcionario le entrega el formulario y le explica lo que tiene que poner, sus datos, la parcela, cómo y con qué va a limpiar y cuándo pretende quemar. Madre e hijo se miran, miran el papel y preguntan si les puede ayudar y cubrirlo, pero hay más gente esperando así que va a ser que no. “Llévenlo a casa lo miran, consultan la finca y me lo traen pasado mañana así lo registro y lo enviamos a la capital y en unos días les contestarán”. La mujer pregunta si entonces no podrán quemar el fin de semana que es cuando viene el hijo y les ayuda, pero es evidente que el permiso tardará más y resignados salen de la oficina dándole las gracias al funcionario y pidiendo disculpas por “las molestias”.

Dos días después los aguerridos aprendices de pirómanos vuelven con el papel a la carga pero sus esperanza sufre un nuevo contratiempo, gracias a una ley indescriptible de la junta para actuar sobre los castaños hay que rellenar otro formulario, más de tres hojas, con un montón de datos pues como están enfermos hay que ser muy estrictos en las podas y tratamientos que se les hacen, claro, nuestro hombre recién llegado no les dio ese formulario así que con la ayuda de otro súbdito presente para el mismo menester van cumplimentando mal que bien el tema.

Al revisar el papel les informan de que tienen que respetar las fechas que les marquen en la contestación que les llegará en 10 o 15 días…¡ah! y ni se les ocurra dar “veneno” o cualquier producto si no tiene el carné de manipulador de productos fitosanitarios. Los 75 años de la Sra. Eulalia hacen fácil la decisión de que ella no va a sacar el carné pero sí su hijo para lo cual se le da la información correspondiente de lo que tendrá que hacer, dónde y lo qué cuesta… pero que esté tranquilo que es una chorradilla.

La señora Eulalia pensaba que el mundo está loco, a ella poco le importa la autonomía que la gobierna ni quién o dónde se hacen las leyes, bastante tenía con pensar qué hacer con 450 euros de pensión y con la angustia que le roía por la multa que le pondrían si no pedía el famoso permiso para cuidar sus castaños como llevaba haciendo desde que tenía uso de razón y como habían hecho sus antepasados seguramente desde 200 o 300 años atrás, pensaba que ahora se defendía mucho el medio ambiente, ese que dicen en la tele, pero el río del pueblo baja negro cuando sueltan la balsa de la canteira de pizarra, aunque, claro igual piden un papeliño y les dejan enmerdar el río, pensaba que para quemar unas cuantas ramas y hojas del souto tenía que pedir un permiso que seguro era parecido al que pedían para quemar ruedas , medicamentos y toda clase de porquerías, pensaba que ella bajaba dos días a pedir un papel pero el médico ya no subía a la aldea porque eran pocas cartillas y al final había que llamar al taxi o al hijo, pensaba que en la tele de Galicia vio un programa que hablaba de la muerte de los pueblos y de que había que ayudar a la gente a volver a ellos ...aunque, si quemar cuatro palos tenía tanto requisito no quería pensar adonde habría que ir para que te dieran esa “ayuda” igual a Coruña, o a Valladolid.

Salud. 

Victor M. García

VOY A LIMPIAR EL SOTO