miércoles. 24.04.2024

Especial viveros y piscinas

 Especial viveros y piscinas


¿Cómo se hace un vivero?


Un vivero es un micro-ecosistema artificial que te permitirá manipular elementos como el clima, la humedad, el espacio, entre otros.


Pero para ello necesitarás las plantas, el agua, el abono, un armazón forrado, por ejemplo con nylon, un termómetro, un sistema básico de riego, etc.


Debes tener en cuenta, asimismo, la altura sobre el nivel del mar y la orientación solar porque estos aspectos influirán decisivamente en el resultado final.


De este modo, lograrás, aparte de tu sueño, un alto rendimiento y rentabilidad en la producción, lo que supone una auténtica ventaja con respecto a las plantaciones y cultivos en ambientes naturales, expuestos inevitablemente a todo tipo de inclemencias, cambios climáticos, enfermedades, plagas, y, en definitiva, sin las protecciones ni controles con que cuentan los viveros, cuyo sistema de riego suele ser mucho mejor que en las parcelas al aire libre.


No obstante, conviene saber que la construcción de un vivero debe cumplir con una serie de pasos y requisitos previos. Lo primordial es encontrar la ubicación perfecta, sobre todo si se pretende que el vivero sea permanente, y no sólo temporal.

Es muy importante que tengas en cuenta la disponibilidad de agua y que la cantidad disponible de la misma sea constante y abundante. También es de suma importancia la calidad del agua de riego. Si contiene calcio y magnesio (agua dura) ayudará a crear en el suelo una buena estructura. En cambio, el agua que tiene gran cantidad de sodio y bajos contenidos de calcio y magnesio no es adecuada. Lo mismo ocurre con un alto contenido de sodio, lo cual causa quemaduras en las hojas de algunas especies al ser éste absorbido por las plantas.


El riego es muy importante porque una pérdida excesiva de humedad del suelo hace que las semillas se sequen.

 

También es necesario cuidar la presión del agua. Si ésta es mucha o cae directamente sobre las semillas puede desenterrarlas, quedando expuestas, lo que provocaría su desecación. Por otro lado, el exceso de humedad promueve el decaimiento de la germinación.


Los riegos no deben aplicarse en las horas de mayor incidencia de calor, porque esto aumenta considerablemente la evapotranspiración y provoca lesiones en las plántulas, incluso su muerte.


El sitio elegido deberá tener unas condiciones climáticas adecuadas para las especies que se pretenden desarrollar, con una topografía idealmente regular y una pendiente y textura del terreno apropiadas.


Por su parte, el suelo así como la aplicación de los sistemas de riego tendrán que ser accesibles y el drenaje bueno para el cultivo.


Antes de comenzar con la producción es necesario hacer una limpieza del terreno, detectar  malezas, hongos, parásitos e insectos, sobre todo cuando se pretende establecer el vivero en terrenos que con anterioridad se habían dedicado a la agricultura.


Básicamente, los métodos de cultivo en viveros se dividen en: cultivo a raíz desnuda, en camas de crecimiento (camellones) y en envases de crecimiento (utilizando recipientes de gran variedad de materiales y dimensiones).


Se pueden iniciar por medio de la siembra directa de las semillas u obteniendo las plántulas por medio de semilleros, para posteriormente trasplantarlas. Cada uno de estos métodos tiene sus particularidades, sus ventajas y desventajas. Elige la que mejor te convenga.


También sería conveniente que el vivero contará con un cuidador responsable, con el objetivo de tomar las medidas necesarias frente a posibles inconvenientes.


Estos son algunos pasos fundamentales en la construcción de un vivero, pero cabe mencionar otros aspectos de interés como el hecho de tener en cuenta que haya árboles en los alrededores del vivero para que éstos sirvan de protección de los vientos más cálidos, que queman las plantaciones, o bien la utilización de cercos que delimiten el vivero para evitar el ingreso de animales en el mismo. Disfruta con tu vivero.

Tu piscina, espacio de recreo


Una piscina es un espacio de ocio o recreo que te permitirá disfrutar si eres un apasionado de la natación. Además, una piscina le da un valor añadido a tu finca o propiedad, sobre todo si está diseñada y construida de un modo adecuado a la normativa vigente.


Deberás saber de cuánto espacio dispones para construir tu piscina porque tendrás que adaptarte a las disposiciones reglamentarias. Y conocer si en el subsuelo existe algún tipo de pozo negro, bloques de cimientos, entre otros, que podrían elevar el coste del presupuesto inicial. Asegúrate bien de todo cuanto necesitas. Lo mismo sucede en cuanto al número de bañistas, que harán uso, y el volumen de la piscina.


Otros aspectos importantes, es el emplazamiento de la misma, su orientación en relación al recorrido del sol en los meses de verano, las alturas de las paredes medianeras y la presencia de árboles frondosos, que influirán decisivamente en su futuro mantenimiento.


Convendría que colocaras bordes atérmicos y antideslizantes, así como losetas para solárium,  de forma que puedas cubrir el entorno de la piscina y mejorar su estética y comodidad.


Toda piscina, también la tuya, deberá tener obligatoriamente un sistema de depuración que preserve las condiciones de economía, seguridad e higiene. Cuando se llena con agua corriente,  el agua es por lo general limpia, pero al estar expuesta al sol y al aire puede contaminarse de microorganismos que existen en la atmósfera, además de los que portan los propios bañistas.

 

Asimismo, el aire y la lluvia introducen en el agua cantidades de polvo, tierra y hojas que la enturbian. Todos estos factores pueden producir que en pocos días la piscina se convierta en un espacio sucio y desagradable para el baño.


Para combatir este problema  emplearás una cantidad de cloro residual suficiente para que las bacterias y microorganismos sean destruidos al momento. Por eso, se recomienda la instalación de un filtro que, por medio de una bomba, retenga en su interior toda la materia en suspensión del agua. Respecto a los valores de pH, éstos  estarán comprendidos entre 7,2 y 7,8, de tal modo que el nivel de acidez y alcalinidad del agua sea el apropiado, no resultando corrosivo ni para los ojos ni para las mucosas nasales. El nivel de cloro libre en el agua, según las disposiciones sanitarias vigentes, deberá estar comprendido entre 0,5 y 1,5 ppm.


Para el buen funcionamiento de la piscina se requiere de un adecuado sistema de filtrado , el filtro está compuesto por una masa de arena silícica, a través de la cual se hace circular el agua en sentido descendente. Así se retiene entre ella la materia en suspensión del agua filtrada.


En cuanto a los accesorios, que puedes necesitar, están las escaleras –lo mejor es que sean de acero inoxidable, por su mayor duración-, utensilios para limpieza, como paletas para sacar hojas de la piscina, el hidrojet, que funciona con mezcla de agua y aire de forma burbujeante, como si fuera un hidromasaje, etc...Ahora ya puedes disfrutar de un baño en tu piscina.


 

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