Covarrubias, una villa medieval con princesa vikinga incluida

Covarrubias: La población conserva su estructura medieval.En nuestro recorrido contemplaremos la arquitectura de tipo tradicional, donde se aprecia la belleza del entramado castellano. Magníficos ejemplos de vivienda popular se pueden contemplar en las imagen de la plaza de doña Sancha y así en muchas de sus calles y plazas que conservan ese bello encanto de los tiempos pasados.

A Orillas del Río Arlanza en Burgos, el viaje de hoy nos lleva a Covarrubias, considerado uno de los pueblos más bonitos de España. La visita nos transporta a tiempos pasados en la forma y en el fondo, ya que al adentrarnos en su historia, hemos descubierto una misteriosa princesa vikinga y un vínculo especial con el lejano oeste americano.

El pueblo es perfecto para el paseo, andar sus callejas deteniéndose, buscando ese rincón que aún guarda el poso de la leyenda o el romance.

La población conserva su estructura medieval. Amurallada en otro tiempo, se aprecia en su trazado la ronda de muralla dentro de la cual se levantó la villa, manzanas de casas rectangulares y calles estrechas en paralelo que conducen a las distintas plazas, concadenadas, que se abren ante los edificios más significativos: la Colegiata, la iglesia de Santo Tomé, el Torreón de Fernán González o el Archivo del Adelantamiento de Castilla, hoy puerta de honor de entrada a Covarrubias. 

En nuestro recorrido contemplaremos la arquitectura de tipo tradicional, donde se aprecia la belleza del entramado castellano. Estas casas serranas de Castilla se construyen de madera acompañada de barro o piedras, típicos, también, sus balcones bolados y protegidos por cubierta. Magníficos ejemplos de vivienda popular se pueden contemplar en las plazas de doña Urraca, de doña Sancha,  Rey Chindasvinto y Obispo Peña, así como en muchas de sus calles que conservan ese bello encanto de los tiempos pasados.
Entre sus muestras religiosas se conocen como bien de Interés Cultural las Iglesias de San Cosme y San Damián y Monumento Histórico también, la Torre de Doña Urraca. Un lugar con mucho encanto.

Fue en la remodelación de la gótica Colegiata de San Cosme y San Damián donde se descubrió en 1958 un sepulcro medieval tapiado que en su interior ocultaba los restos de una mujer noble, con ricos ropajes, que sobrepasaba la estatura media de la época (1,70 m) y que portaba en su mano un pergamino de versos de amor. Se trataba de la princesa vikinga Kristina Håkonsdatter que viajó desde Noruega, enviada por su padre el rey Haakon IV a la corte castellana. 

La historia de la princesa vikinga

Alfonso X el Sabio pretendía crear alianzas con los reinos del norte y la joven princesa Cristina de Noruega embarcó en 1257 en un largo viaje para conocer a los cuatro hermanos del rey y elegir con cual quería casarse. El joven que cautivó a la princesa fue el príncipe Felipe, un infante culto con una vida ligada a la iglesia que abandonó su cargo de  arzobispo de Sevilla para casarse enamorado. Cristina de Noruega y Felipe de Castilla se desposaron en Valladolid en 1258 y se fueron a vivir a Sevilla. El príncipe adoraba a su esposa y le escribía versos de amor. Pero la princesa añoraba su tierra y el monarca le prometió construir una capilla en honor al patrón de Noruega, San Olav en tierras castellanas. El caluroso clima del sur y la nostalgia la hizo enfermar, falleció en 1262 a los 28 años sin descendencia. Su marido nunca cumplió la promesa y la princesa fue enterrada en la Colegiata de Covarrubias.

Cuenta la leyenda que, aquellas doncellas solteras que quieran encontrar el amor, sólo tienen que ir hasta el sepulcro de la princesa y tocar la campana existente en el claustro gótico para que la princesa les ayude a encontrarlo, y que su amor sea más dichoso que el que ella tuvo en vida.


El sepulcro de piedra salió a la luz en 1958, tras la remodelación de la  Colegiata y pasaron siete siglos hasta que en 1992 se creó la Fundación Princesa Kristina de Noruega y se encargaron de cumplir la promesa fallida. Hoy, a tres kilómetros de la Colegiata se encuentra la Ermita de San Olav, donde los visitantes honran los restos y la memoria de la princesa vikinga de Covarrubias. Esta fundación y la embajada de Noruega en España celebran a finales de septiembre (coincidiendo con la fecha de inauguración de la Capilla) un festival anual de música noruega con un mercadillo de productos típicos noruegos.

Pero como no solo de historias vive el turista, vamos a sentarnos a la mesa para degustar un buen lechazo. Este plato es toda una institución en la provincia de Burgos. En el siglo XVII la oveja churra, una de las razas más antiguas de la península, fue considerada el animal de más provecho y más necesario para el hombre de cuantos Dios había creado. Su carne, de textura muy suave y jugosa y con un sabor muy agradable, ha sido de siempre una de las más preciadas. 

Otra curiosidad de este pueblo fue la de transformarse durante el verano de 1966  en el lejano oeste americano para acoger el rodaje de la película "El bueno, el feo y el malo" del director italiano Sergio Leone. Los paisajes de sabinares agrestes y calizos de la Peña de Carazo y el Valle de Arlanza cautivaron al director y a su equipo para convertirlos por similitud en escenarios naturales de Nuevo México y el Río Grande en la zona de Santa Fe y Glorieta Pass.

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Buen viaje y bon appétit