Ediciones Atlantis publica ‘El heredero al trono del averno’, una novela de terror escrita por el autor leonés Sócrates García Gómez que te introducirá en los pensamientos más crueles del protagonista, un psicópata sin escrúpulos cuya única obsesión es la recolección de almas humanas.
Esta es la autobiografía de un psicópata sin escrúpulos cuya única obsesión es la recolección de almas humanas para su inmensa colección. Narrando en primera persona, él mismo te llevará de la mano guiándote por las atrocidades que ha cometido, homicidio a homicidio; mientras, te irá descubriendo su historia, lo que ha sido, lo que es y en lo que se convertirá, detallando las escenas sangrientas de tal manera que es imposible no imaginar cada uno de sus crímenes.Un libro sanguinario que entremezcla elementos místicos en ciertas ocasiones, dando como resultado una historia macabra que le pondría los pelos de punta al más inicuo de los lectores.
El autor
Es autodidacta. Nació en Villamediana de la Vega, un pequeño pueblo de la provincia de León, a finales del verano de 1984.
Criado por sus abuelos, en un entorno humilde, a quienes otorga el mérito de sus logros, como así figuró en los agradecimientos de su primer poemario, “Duro como el papel”, editado por Ediciones Hontanar, e incluido en su colección de poesía “Letras vivas” en 2009. Desde entonces, ha editado otros dos poemarios en Createspace, y KDP de Amazon: “Entre los sucios renglones” y “La fórmula de Radbruch (acción repercusión)” , además de una novela de ciencia ficción, del género Zombie “La sexta plaga. Invasión mutante”.
¿Quién es Sócrates García Gómez?
Soy un joven autor, nacido, criado y residente de un pequeño pueblo de la provincia de León.
Tras comenzar mi andadura literaria por medio de la poesía, y después de buscarme a mi mismo, creo haber encontrado mi propio estilo, en la literatura de terror, y por eso me he decidido a continuar por este camino.¿Cómo surgió la idea para escribir esta novela?
Lo cierto es que sonará a tópico, pero fue pura casualidad. Después de uno de esos malos tragos que te da la vida, que te trastocan, cambiando algo dentro de ti para siempre, sentí la necesidad de buscar una distracción, y de ese modo regresé a la senda, que, por cobardía, había abandonado años atrás. Pero la poesía no era suficiente, necesitaba más, necesitaba recurrir al mundo de la fantasía y la imaginación, y me decidí a escribir una novela, ya lo había intentado cuando solo era un adolescente, pero siempre me aburría de mis historias, y las dejaba sin terminar. Así que ese era mi objetivo, terminar una obra de una vez por todas…
Entonces pensé que si escribía una historia de terror, quizás no me aburriera y pudiera finalizarla, y así fue... La historia en cuestión sería de zombies, donde me encontré a mi mismo mientras relataba esas sangrientas escenas. Mientras escribía esa novela, ya empezaba a imaginarme la historia de El heredero al trono del averno, una obra escrita en primera persona, por un criminal que vaya relatando sus vivencias, y que implique al lector hablándole directamente. En cuanto finalicé la historia de zombies, rápidamente me puse con esta historia, y la verdad, que hasta a mí me sorprendió lo rápido que fluyó su desarrollo…
¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirla?
Como he mencionado antes, la idea la estuve mascullando en mi cerebro durante bastante tiempo, pero desde que empecé a escribirla, hasta el día en que le puse el punto y final, pasarían cinco o seis meses…
¿Cómo crees que puedes sorprender al lector?
Yo, sorprender poco, pero este libro en concreto, pienso que podría sorprenderle a cualquiera desde la primera palabra hasta la última, desde “Cierra el maldito libro….”, hasta, “…tus pesadillas…”
Pero sobretodo creo que puede impactar al lector las escenas sangrientas, ya que están tan detalladas, que es muy difícil no imaginarlas a la perfección.
Un libro de tu infancia sería…
En mi infancia leí bastante, y aunque pueda sonar extraño de la boca de un autor, que trata de entrar en el género de terror, tengo que decir que el libro que más me marcó, en la infancia, fue el Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.
