viernes. 29.03.2024

Las supersticiones son creencias que no tienen fundamento racional y que consisten en atribuir carácter mágico u oculto a determinados acontecimientos.

Desde el punto de vista de la psicología, una superstición es una creencia o idea irracional, cuyo contenido consiste en asociar determinados hechos u objetos, con aspectos beneficiosos o también con aspectos perjudiciales. Las supersticiones suelen basarse en tradiciones populares que se han ido transmitiendo de generación en generación, así, muchas de las supersticiones que conocemos actualmente tienen su origen en épocas muy antiguas. Y es que desde que el ser humano existe, siempre ha buscado explicaciones para todos los fenómenos que han ocurrido. La persona supersticiosa cree que existe algo por encima de los seres humanos, una especie de fuerza oculta que puede no favorecerle, o incluso castigarle, si realiza ciertos actos que, por tanto, hay que evitar. El beneficio psicológico más relevante al dejarse llevar por la superstición es tener una sensación de control sobre situaciones en las que aparentemente no tenemos y así nos produce una sensación de alivio.

Algunas de las supersticiones asociadas a la "buena suerte" más comunes que conviven con nosotros son: encontrar un trébol de cuatro hojas (según la leyenda, cuando Eva fue expulsada del paraíso se llevó un trébol de cuatro hojas; por eso, desde entonces, se cree que da suerte). Cruzar los dedos (antes de la era cristiana, existía la costumbre que dos personas enlazaran sus dedos índices formando una cruz para expresar un deseo; una apoyaba a la otra mentalmente para que éste se cumpliera). Tocar madera (un posible origen tiene que ver con los trozos que se conservaron de la Santa Cruz. Otro, proviene de Estados Unidos, donde hace 4.000 años los indios veneraban al roble como la morada de los dioses). Colgar una herradura detrás de la puerta (según los griegos, el hierro -en forma de media luna- protegía de los hechizos, así que la herradura colocada en la puerta impedía la entrada de las brujas y del mal). Llevar una pata de conejo (su origen está en la antigua creencia de que cada pueblo descendía de un animal, que no podía ser cazado ni comido). Arrojar arroz en una boda (antiguamente se tiraban trocitos de dulce a la novia, como símbolo de felicidad y de fertilidad. Pero en la época de vacas flacas se les tiraba trigo o arroz, ya que era bastante más barato). Tocar la joroba de un jorobado. El día de la boda, llevar algo prestado, algo nuevo, algo azul y algo viejo. Tirar monedas a un pozo o una fuente (viene del antiguo rito adivinatorio de arrojar alfileres o piedras a un pozo, con el fin de saber si un hecho se iba a cumplir o no. Si al caer salían burbujas, significaba que lo que se había solicitado se llegaría a cumplir).

Algunas de las supersticiones asociadas a la "mala suerte" más comunes que conviven con nosotros son: romper un espejo (se dice que ocasiona siete años de maldición. El espejo era un elemento mágico de adivinación, por lo que si se rompía, era para no mostrar una imagen aterradora del futuro. Pasar debajo de una escalera (es por el triángulo que forma ésta con la pared. Antiguamente se pensaba que todos los triángulos eran un símbolo sagrado, tanto las pirámides como la trilogía de la Santísima Trinidad y, por lo tanto, era un sacrilegio pasar bajo ese arco). Dejar las tijeras abiertas (en Grecia se creía que la moira Atropos cortaba con las tijeras el hilo de la vida, así que de alguna forma los objetos cortantes dirigen el destino y son símbolo de muerte repentina). Martes y 13 (la maldición del número trece tiene su origen en la última cena de Jesucristo con los doce apóstoles, en la que fue delatado. Se cree que si se sientan a comer trece personas en una misma mesa, una de ellas morirá antes de un año). Que el novio vea a la novia antes de la ceremonia (antiguamente se consideraba que hacerlo era sinónimo de adelantar acontecimientos positivos que quedarían así "gafados"). Abrir el paraguas bajo techo (la primera noticia que se tiene de esta creencia data del siglo XVIII en Inglaterra, donde creían que daba mala suerte por la negatividad que existía entre el paraguas y la casa, ya que ésta protege a sus habitantes y no tolera ninguna protección adicional. Si alguien lo abría sobre su cabeza, supuestamente esa persona moría antes de que acabase el año). Un gato negro se cruza en tu camino (aunque en Egipto se creía que el gato era la reencarnación de los dioses, siglos después, la Iglesia Católica lo consideró como la reencarnación del diablo, por lo que eran quemados). Barrer los pies de una soltera o una viuda (tiene que ver con las brujas y sus vehículos preferidos para asistir a los aquerrales: las escobas). Un cuadro torcido o que cae de la pared donde está colgado (esta idea tiene su origen en la Grecia clásica, donde se creía que si el retrato de un monarca o una celebridad caía al suelo sufriendo serios daños significaba que iba a morir en poco tiempo). Derramar la sal (su origen data del año 3.500 a.C. Ya entonces se creía que la sal era incorruptible, razón por la cual se convirtió en símbolo de amistad. De ahí la creencia de que si se tira, la amistad se romperá).

Juan Carlos Alcántara Amigo

Psicólogo

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