En todos nuestros pueblos conocemos flores que alimentan, que curan, que se tejen. Se han pasado, como un secreto, entre generaciones. Pero, ¿qué ha ocurrido con los saberes de las plantas con capacidad de dar color?
Mes a mes y durante un año completo, la Fundación Cerezales Antonino y Cina nos invita a ir a colores, hasta completar un calendario de recolección de plantas del entorno. Las y los participantes podrán conocer los procesos de extracción de color, diferentes fibras textiles de origen animal y vegetal; explorarán las diferentes variables de color a través del uso de modificadores; recogerán las recetas, fórmulas e historias asociadas a cada una de las plantas; archivarán los resultados en un calendario de recolección y lo compartirán, por último, con todas aquellas personas que decidan iniciarse en el mundo de la artesanía del color.
La primera sesión se desarrolló en marzo y estuvo dedicada a las gallaretas, esas estructuras esféricas tumorales comunes en los robles de nuestros territorios.
El próximo lunes se abre la inscripción para la segunda sesión, la de abril, titulada “Ir a pastel”, en la que un grupo recogerá Isatis tinctoria, también conocida como glasto, hierba pastel, isátide o añil. Es una planta rústica muy habitual en los márgenes de las carreteras, terrenos baldíos y espacios sin cultivo que encontraremos con facilidad durante los meses de la primavera y el verano. Aunque a día de hoy muchos no la identifiquemos, históricamente fue nuestra única reserva de azules europea con las que teñir nuestras lanas, linos, algodones y sedas.
Tendrá lugar los días 18 y 19 de este mes y podrán apuntarse hasta 12 personas. La participación en el ciclo es independiente mes a mes, de forma que el lunes previo a la celebración de cada sesión, se abrirán las inscripciones gratuitas en la web de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
