viernes. 19.04.2024

Pórticos tallados, esplendorosos rosetones, uno de los más antiguos coros de España, esculturas de una gran belleza, un hermoso claustro o el museo catedralicio diocesano son solo una pequeña parte de las riquezas de esta impresionante catedral. Pero si hay algún elemento a destacar entre todos los demás son sus coloridas y valiosas vidrieras.

Iván González, Historiador de Arte y empleado del Museo Catedralicio Diocesano de León, nos aclara en este paseo por las distintas naves del edificio que las vidrieras son el elemento principal de este edificio. “1.800 metros cuadrados llenan completamente este espacio gótico de luz y color. No hay nada parecido en toda la península, y suponen el segundo mejor conjunto de vidrieras medievales tras Chartres en Francia”.

Las Vidrieras

Aunque la contemplación de las vidrieras es más que suficiente para satisfacción y sorpresa de visitantes, estos elementos de color tienen su propio mensaje. La persona que llega a la catedral mira hacia arriba e inmediatamente se ve trasportado. “Esto no se ve habitualmente. Es el reflejo de la Jerusalén Celeste, hacer el cielo en la tierra como corresponde a una catedral”.

Según nos aclara el experto en arte Iván González, todo ello corresponde a un programa teológico perfectamente estudiado que parte del recorrido que hace el sol durante el día y que responde a un significado teológico.

“Las vidrieras tienen sus propio mensaje. Un relato de  religiosidad con la luz  del sol como protagonista”

El sol, que representa a Dios, va a nacer por la mañana, por el lado oeste, donde se sitúa el altar, en el ábside de la catedral. "Las dos vidrieras principales tienen una serie de arquitos donde se introduce la genealogía de Cristo. Es decir los orígenes, el comienzo, el inicio, el amanecer”.

Más tarde, el sol gira hacia el lado sur, hacia las vidrieras que representan el Nuevo Testamento, “de colores más rojos, anaranjados, amarillos; por el contrario las vidrieras del lado norte, las que no ven el sol, representan principalmente al Antiguo testamento y su colorido es más azul, más oscuro, son las que no han visto a Cristo”

Y por último, el sol ha girado durante todo el día y “en el atardecer culmina en el gran rosetón que ilumina a la Virgen María rodeada de ángeles y músicos, lo que supone el final del recorrido solar”.

Un programa teológico, que nos ofrece un relato que podemos seguir a través del trazado horizontal de las vidrieras y que subyace igualmente si observamos las vidrieras en vertical. “Desde los arcos apuntados ciegos donde aparece lo mineral, la piedra, lo que no tiene vida, pasamos a otro estadio para completar principalmente elementos vegetales y ya en el tercer estadio, en el triforio, vemos los escudos que representan al hombre. O sea, lo mineral, lo vegetal, animalístico también en algún tema, y arriba lo humano”

Y es que las vidrieras de Santa María, además de ser un reclamo majestuoso para nuestra vista nos muestran una historia de divinidad, de religiosidad y de cristianismo donde el Sol, lo dirige todo.

EL ROSETÓN

Retirado el gran trampantojo y los andamios que cubrían la fachada desde hace más de año y medio, parece que en breve podría llevarse a cabo la colocación de las vidrieras que lo integran y que han sido restauradas en el taller propiedad del Cabildo de la Catedral. Una restauración que ha afectado sobre todo al emplomado de la vidriera que estaba en muy mal estado y que se ha realizado gracias una donación de la Fundación CEPA. “Así es, la fundación Cesario Pablo González Díez, descendiente de unos leoneses que se fueron a México y fundaron la empresa Coronita, donaron los 400.000 euros que han costado las labores de restauración del rosetón. Elemento esencial y destacado de este templo del que, en breve periodo de tiempo, podremos volver a disfrutar”.

“La restauración de las vidrieras, cuyo metro cuadrado cuesta unos 5.000 euros, se ha sufragado en los últimos años con los ingresos de la taquilla. El rosetón ha contado con una donación de 400.000 euros de la Fundación CEPA”

La Catedral de Santa María pasó por varias etapas en su historia antes de convertirse en el magnífico templo religioso que se puede ver en la actualidad. El levantamiento de la actual catedral, que presenta un depurado estilo gótico francés, comenzó en el año 1205 y finalizó en 1302.

La Pulchra Leonina

En la actualidad es el monumento más visitado de la ciudad. La Pulchra leonina, nuestra 'Bella Leonesa', se encuentra en pleno Camino de Santiago y entre sus legendarios muros protege un rico y valioso legado histórico y artístico al que nos dedicaremos en otro momento porque, no podemos dejar a un lado las otras muchas riquezas de esta catedral.

Sirva como anticipo que el Coro Catedralicio (1462), es el segundo elemento tras las vidrieras, más visitado por turista y leoneses. Cuenta “con unas tallas excepcionales entre lo sagrado y lo profano, entre el bien y el mal. Influyó en catedrales como la de Zamora, la de Oviedo y la de Astorga”. Qué decir del Museo Catedralicio Diocesano, con más de 10 salas y unas 1.000 piezas que trasmiten la esencia de lo que es el arte religioso.“El museo sirve para completar la visita que hemos hecho a la Catedral. Aquí por ejemplo, podemos ver un panel de la vidriera del Profeta Geremías al detalle, cosa que en la catedral es más complicada”. Y no olvidemos, la Fachada Principal por la que normalmente se accede al templo. Un triple pórtico ojival con unas riquezas que la convierten en el máximo exponente de la escultura gótica española. Dos torres góticas de 65 y 68 metros respectivamente, flanquean esta espectacular fachada.

Esto y más, pero será en una próxima entrega. Hoy hemos querido dedicar este momento a las vidrieras de esta majestuosa catedral y a ese rosetón que está a punto de volver a lucir en la Bella Leonesa.

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