miércoles. 24.04.2024

Como es ampliamente sabido, el hecho de viajar aporta a las personas una gran cantidad de beneficios. Conocer nuevos lugares y culturas permite abrir la mente, ampliar los propios horizontes personales o disfrutar con cosas hasta el momento desconocidas. Sin embargo, esto no es todo, ya que parece que viajar también conlleva importantes beneficios a nivel psicológico, lo que repercute de manera directa sobre la salud de quienes lo hacen. Aunque viajar conlleve grandes beneficios, también existe cierto estrés asociado a su planificación. Para evitar el dichoso estrés se deben seguir una serie de pautas.

Cómo evitar el estrés antes de un viaje

En primer lugar te aconsejamos que reserves con antelación, así no tendrás que improvisar absolutamente nada y tendrás todos los cabos bien atados. “Hombre prevenido vale por dos” dice el sabio refranero español. Esta afirmación adquiere especial relevancia cuando se trata de planificar un viaje. Una correcta ordenación de todos y cada uno de los detalles del viaje evitará inconvenientes y sobresaltos nada deseables para la salud de los viajeros.

En segundo lugar, te sugerimos que aprendas un poco de inglés. Como no puede ser de otra manera, aprender un poco de inglés te facilitará la vida cuando viajas. El inglés es, sin lugar a dudas, la lengua franca universal que necesitarás para subsistir en cualquier lugar del mundo, por remoto que este sea. Si tu objetivo es acercarte a este idioma que te ayude a comunicarte cuando viajes, la plataforma Babbel será tu mejor aliada, ya que te permitirá aprender una gran cantidad de frases cortas en inglés para que desaparezcan los odiosos problemas de comunicación.

En tercer lugar, lleva copias de tus documentos más importantes, como pasaporte o DNI, y no guardes todos los objetos de valor o el dinero en el mismo lugar. Así evitarás perderlo todo en caso de un robo o de una pérdida.

Los tres beneficios de viajar

Nivel cerebral

Viajar genera a nivel cerebral unas estructuras más sanas y fuertes. Esto se debe a que cuando viajas se ejercita el encéfalo, la parte encargada de procesar las nuevas experiencias o aprender nuevos idiomas o culturas. Además, al viajar aumentan las conexiones neuronales y mejora la memoria. Los procesos cognitivos se activan y se optimizan, y utilizamos más recursos cerebrales cuando llegamos a un escenario nuevo, ya que tenemos que interpretar mapas, orientarnos, recordar nuevos recorridos y puntos de encuentro, etc… Viajar mejora incluso nuestra atención, y esto nos ayuda también a almacenar recuerdos y datos con mayor facilidad.

Nivel cardíaco

Los beneficios de viajar no solo repercuten en el cerebro, sino también en nuestro órgano más importante: el corazón. Las personas tienden a ser poco activas y sedentarias en su vida diaria, y esto es muy peligroso ya que el sedentarismo constituye el cuarto factor de riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, como confirman los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta organización ha evidenciado que, sin embargo, aquellos que viajan tienen menos riesgo de sufrir un ataque cardiaco y tienden a ser menos propensos a sufrir de enfermedades cardíacas porque durante los viajes suelen hacer más ejercicio del que hacen normalmente, manteniendo la sangre en constante movimiento. Las largas caminatas para conocer ciudades nuevas o espacios naturales, pedalear y nadar son actividades que mejoran el ritmo cardíaco.

Nivel psicológico

Por último, los beneficios más conocidos son sobre el componente psicológico. Viajar reduce significativamente el riesgo de sufrir depresión, estrés o ansiedad, cuyas causas se atribuyen normalmente al elevado ritmo de vida o a las exigencias laborales. Viajar permite desconectar y disfrutar del camino, lo que mejora nuestra salud psicológica.

De hecho al viajar estamos obligados a salir del entorno que nos causa estrés, nos desconectamos de la rutina y de las personas que no respetan nuestro tiempo libre. Al conocer nuevos lugares que provocan emociones positivas, nuestras hormonas de placer, como las endorfinas, serotoninas y dopaminas aumentan su nivel, por lo cual también se disminuye la secreción de cortisol que causa el estrés, así que en muy poco tiempo nos sentimos más felices. Cuando estamos de viaje dejamos de preocuparnos por el pasado, olvidamos la ansiedad por el futuro y nos concentramos en el presente, restando importancia a todo lo que no es fundamental en nuestra vida.

Planea ya tu próximo viaje, ¡No te arrepentirás!

Los 3 beneficios de viajar que repercuten en nuestra salud